Sinopsis:
Para Juan Manuel López Iturriaga, escribir Ahora que me acuerdo ha supuesto la oportunidad de cerrar una etapa, segun comenta él mismo en la contraportada del libro:
Hace cuatro años escribí Antes de que se me olvide, toda una joya de la literatura en lengua hispana. La experiencia fue enormemente satisfactoria, pero dejé en el tintero demasiadas cosas. Con este Ahora que me acuerdo quiero cumplir mi deseo de recordar y homenajear a unos cuantos personajes que por diferentes motivos han sido importantes en mi vida.
Entrenadores como Lolo Sainz, compañeros como Corbalán, Fernando Martín o Rafa Rullán, adversarios como Epi o Solozábal e ídolos como Perico Delgado o Seve Ballesteros pueblan estas páginas, en las que también hay espacio para reflexiones más personales o historias que poco tienen que ver con el universo deportivo, como mi afición a las series de televisión o el día que se me fue un poco la olla y terminé tirándome en paracaídas. Todo con un estilo que yo mismo no sabría definir bien, por lo que utilizo una frase del gran Fernando Romay después de leer el prólogo que escribí para un libro sobre él: “No sé si estás halagándome o poniéndome a parir”. A este puzle seguramente le faltará alguna pieza, que he podido omitir por olvido o pereza, pero estoy convencido de que se encuentran las más importantes.
Hace cuatro años escribí Antes de que se me olvide, toda una joya de la literatura en lengua hispana. La experiencia fue enormemente satisfactoria, pero dejé en el tintero demasiadas cosas. Con este Ahora que me acuerdo quiero cumplir mi deseo de recordar y homenajear a unos cuantos personajes que por diferentes motivos han sido importantes en mi vida.
Entrenadores como Lolo Sainz, compañeros como Corbalán, Fernando Martín o Rafa Rullán, adversarios como Epi o Solozábal e ídolos como Perico Delgado o Seve Ballesteros pueblan estas páginas, en las que también hay espacio para reflexiones más personales o historias que poco tienen que ver con el universo deportivo, como mi afición a las series de televisión o el día que se me fue un poco la olla y terminé tirándome en paracaídas. Todo con un estilo que yo mismo no sabría definir bien, por lo que utilizo una frase del gran Fernando Romay después de leer el prólogo que escribí para un libro sobre él: “No sé si estás halagándome o poniéndome a parir”. A este puzle seguramente le faltará alguna pieza, que he podido omitir por olvido o pereza, pero estoy convencido de que se encuentran las más importantes.