Resumen:
Un intento de entender cómo un futbolista se fue transformando en un referente fuera del campo de juego. El Maradona de la clase obrera de Fiorito. El de Argentinos en dictadura. El que empezó a enfrentarse al poder en México 86, en sintonía con el regreso a la democracia, y sus dos goles a Inglaterra como venganza poética por Malvinas. El de la rebeldía y la lucha del sur contra el norte en Italia, primero en el Nápoli y después en el Mundial 90. El del apoyo al menemismo. El del juego limpio o sucio con los medios de comunicación. El del Boca popular pero también de Mauricio Macri. El de Cuba, su amistad con Fidel Castro, la cercanía a Hugo Chávez y el tren del ALCA. El del padre de la patria y padre familiar, en presencia o ausencia. El de los jeques de Dubai y del dinero extraño de México. Y el más politizado y peronizado, kirchnerista y cristinista, previo a su velotario en la Casa Rosada, un final acorde a un mito que empezó en una cancha y terminó en la sede del Poder Ejecutivo.
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