Reseña:
«Manifiesto» que el fútbol siempre persigue un final clamoroso: «¡Goooooool!». Como aquel «manifiesto supremo» de Víctor Hugo Morales: «¡Ahí la tiene Maradona. Le marcan dos. Pisa la pelota Maradona… Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial… ¡Diegooooool Maradona…! ¿De qué planeta viniste…?» La piel se eriza, y los ojos se humedecen…
«El hombre inventa el juego, porque lo necesita para vivir. El fútbol, por su parte, es un juego que reinventa la vida, la recrea, la refleja. Y lo hace devolviéndole, como un espejo, toda su complejidad y riqueza» (…) «Cualquiera puede jugar al fútbol. Bien, pocos. Verdaderamente bien, unos cuantos elegidos…». (Andrés de Francisco).
Sin caer en lo que Mario Pérez Antolín describió en su «Oscura Lucidez»: «Recurrir al lenguaje artificioso para dárselas de docto es cosa reprochable. Ese camino siempre nos lleva a enunciados ininteligibles que prometen decir lo que no dicen». Aunque José Antonio Marina me situó: «Pero la pasión plantea un problema: se salta todos los controles. Es un movimiento poderosísimo, que nos arrastra violentamente a la acción».
Carlos Marzal clarificó: «De fútbol sabe todo el mundo, hasta la portera de mi edificio… La gente que habla de fútbol habla de fútbol con razón, aunque la pierda al hablar de fútbol» (…) «El fútbol como el sexo, se juega muy bien desde el sillón, desde la barra del bar, desde el sofá, empuñando la cerveza totémica de la sabiduría. De boquilla se juega fetén… De boquilla se folla como Dios».
Imanol Ibarrondo aconseja: «Cuando pierdas, sonríe y sigue entrenando. Cuando ganes, sonríe y sigue entrenando. Cuando te critiquen, sonríe y sigue entrenando. Cuando te alaben, sonríe y sigue entrenando. Sonríe, aprecia y agradece siempre todo lo que ya tienes… sigue entrenando… y el camino aparecerá».
El portugués Carlos Drummond de Andrade señaló: «Porque, se quiera o no, el fútbol es una forma de utopía. Y porque el poeta tiene razón: el fútbol se juega en el alma». Menotti apostilló: «El fútbol es el único lugar donde me gusta que me engañen». Y Simeone sentenció: «Lo maravilloso del fútbol es que nadie tiene razón».
Y es que el fútbol es mejor entendido si le pones letras, palabras, música, reflexiones varias, sentimientos, incluso de autores menos técnicos en la materia.
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