Reseña:
Solo la ficción podría reunir a la vez este mi once de dieces de la historia del fútbol: en la portería; Buffon, en la defensa; Roberto Carlos, Baresi, Puyol y Beckenbauer, en el centro del campo; Xavi Hernández, Maradona y Pelé, y en el ataque; Johan Cruyff, Di Stéfano y Messi. Pero siempre hace falta un banquillo, en el que se sentarían Zoff, Cristiano Ronaldo, Platini, Mágico González, Iniesta, Van Basten o Ronaldinho. Y si la historia no hubiera sido tan cruel con las mujeres futbolistas, ahora cabría añadir a nuestras campeonas Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, Olga Carmona, Alba Redondo o Jenni Hermoso entre muchas otras. Son herederas de las heroínas anónimas de antaño, ocultas tras un vergonzoso silencio. Ahora ya, eso se acabó.
No suena peor esta otra alineación de jugadores diez: Delibes, Fontanarrosa, Villoro, Galeano, Hornby, Marías, Bolaño, Valdano, Vázquez Montalbán, Casariego y Oswaldo Soriano. Los acompañarían un banquillo de lujo compuesto por Passolini, García Sánchez, Landero, Marsé, Bonilla, Handke, Neuman o Relaño. Y lógicamente, el entorno me criticaría haberme dejado fuera a los prometedores García Cames, Quique Peinado, Morillas, Ortiz, Beltrán o Julián Cerón. Imperdonable.
Lo único cierto es que quien escribe estas líneas, para creerse con el derecho a estar en la segunda alineación, ha pertrechado este libro de verdades y sueños que sucedieron una vez, cuando todavía todo era posible. La alineación y otros relatos esféricos es una declaración de amor y desamor, de gloria y de fracaso, la consecuencia inevitable de un escritor que también fue futbolista.
No suena peor esta otra alineación de jugadores diez: Delibes, Fontanarrosa, Villoro, Galeano, Hornby, Marías, Bolaño, Valdano, Vázquez Montalbán, Casariego y Oswaldo Soriano. Los acompañarían un banquillo de lujo compuesto por Passolini, García Sánchez, Landero, Marsé, Bonilla, Handke, Neuman o Relaño. Y lógicamente, el entorno me criticaría haberme dejado fuera a los prometedores García Cames, Quique Peinado, Morillas, Ortiz, Beltrán o Julián Cerón. Imperdonable.
Lo único cierto es que quien escribe estas líneas, para creerse con el derecho a estar en la segunda alineación, ha pertrechado este libro de verdades y sueños que sucedieron una vez, cuando todavía todo era posible. La alineación y otros relatos esféricos es una declaración de amor y desamor, de gloria y de fracaso, la consecuencia inevitable de un escritor que también fue futbolista.
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