Resumen:
El presente trabajo declina todo afán probatorio sin por ello postrarse ante la charlatanería que reina en estos días de cánones periodísticos en entredicho. Aquello que durante décadas matizó las relajadas tertulias de bar, entre maní y maní, sorbo y sorbo, es hoy un hábito que, curiosamente, no sólo está abiertamente difundido: también es celebrado: hablar y hablar porque “el aire es gratis”.
Sin desmedro de la honestidad y la calidad profesional de entrañables colegas que laboran en radio y en televisión (que los hay: benditos sean, para ellos respeto, valoración y admiración), ejerzo el derecho de reponer los dos años y fracción de las derivas futboleras en medio de la pandemia del Covid-19 a través de la palabra escrita. Tan vapuleada la letra de molde y digna en su perseverar, en el desoír los pronósticos apocalípticos y su presunta abolición.
Desde luego, el mismo formato de los textos (fragmentos, fragmentos de fragmentos, el revoltijo que atañe a las misceláneas), eso que a grandes trazos se da en llamar “estilo”, sufre el inevitable asedio de la fragilidad conceptual, de la insuficiencia, de las omisiones, de las injusticias.
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