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lunes, 1 de enero de 2024

¿Qué es la belleza en el fútbol? (Manuel Rodríguez)

Reseña:

Encontrar la belleza en un deporte como en el fútbol es algo que se le da estupendo al autor, con toda su experiencia de muchos años en el terreno de lo futbolístico.

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jueves, 23 de febrero de 2023

Manifiestos por un fútbol apasionado (Manuel Rodríguez García)

Reseña:

«Manifiesto» que el fútbol siempre persigue un final clamoroso: «¡Goooooool!». Como aquel «manifiesto supremo» de Víctor Hugo Morales: «¡Ahí la tiene Maradona. Le marcan dos. Pisa la pelota Maradona… Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial… ¡Diegooooool Maradona…! ¿De qué planeta viniste…?» La piel se eriza, y los ojos se humedecen…

«El hombre inventa el juego, porque lo necesita para vivir. El fútbol, por su parte, es un juego que reinventa la vida, la recrea, la refleja. Y lo hace devolviéndole, como un espejo, toda su complejidad y riqueza» (…) «Cualquiera puede jugar al fútbol. Bien, pocos. Verdaderamente bien, unos cuantos elegidos…». (Andrés de Francisco).

Sin caer en lo que Mario Pérez Antolín describió en su «Oscura Lucidez»: «Recurrir al lenguaje artificioso para dárselas de docto es cosa reprochable. Ese camino siempre nos lleva a enunciados ininteligibles que prometen decir lo que no dicen». Aunque José Antonio Marina me situó: «Pero la pasión plantea un problema: se salta todos los controles. Es un movimiento poderosísimo, que nos arrastra violentamente a la acción».

Carlos Marzal clarificó: «De fútbol sabe todo el mundo, hasta la portera de mi edificio… La gente que habla de fútbol habla de fútbol con razón, aunque la pierda al hablar de fútbol» (…) «El fútbol como el sexo, se juega muy bien desde el sillón, desde la barra del bar, desde el sofá, empuñando la cerveza totémica de la sabiduría. De boquilla se juega fetén… De boquilla se folla como Dios».

Imanol Ibarrondo aconseja: «Cuando pierdas, sonríe y sigue entrenando. Cuando ganes, sonríe y sigue entrenando. Cuando te critiquen, sonríe y sigue entrenando. Cuando te alaben, sonríe y sigue entrenando. Sonríe, aprecia y agradece siempre todo lo que ya tienes… sigue entrenando… y el camino aparecerá».

El portugués Carlos Drummond de Andrade señaló: «Porque, se quiera o no, el fútbol es una forma de utopía. Y porque el poeta tiene razón: el fútbol se juega en el alma». Menotti apostilló: «El fútbol es el único lugar donde me gusta que me engañen». Y Simeone sentenció: «Lo maravilloso del fútbol es que nadie tiene razón».

Y es que el fútbol es mejor entendido si le pones letras, palabras, música, reflexiones varias, sentimientos, incluso de autores menos técnicos en la materia.

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sábado, 5 de febrero de 2022

¿Un nuevo corazón para el fútbol? (Manuel Rodríguez)

Sinopsis:

«¿Un nuevo corazón para el fútbol?», escudriño en este ensayo de fútbol que «El futbol no se concebía como un juego de equipo sino de individuos, de ahí que cada uno pretendiera realizar su “proeza” individual, culminándola en gol». Insiste Vicente del Bosque: «Lo que vale es jugar al fútbol» (…) «En el futuro no veo la muerte del toque ni que sólo se vaya a un tipo de futbolista fuerte». Interesante lo que nos dijo Guardiola: «Me educaron para descifrar el juego. A la mayoría de jugadores nadie les ha dicho nada. A muchos entrenadores no les interesa nada de lo que estamos hablando. Desde jóvenes, a los jugadores les dicen que hay que luchar, que hay que ganar y esas cosas, y llegan a primera división sin conocer el juego».

Mis manifiestos del fútbol encontraron posos de felicidad, de amargura, de entusiasmo, de alabanza. Y Gary Hammel me ilustró: «Los expertos en tácticas militares intentan descubrir las raíces profundas de la ventaja competitiva…» Pero William Shakespeare concretó la esencia: «Qué me importan a mí los músculos, la estatura, el cuerpo y el tamaño de un hombre? Denme su espíritu…»

Martín Caparrós nos habló del fútbol pandémico: «El coronavirus desafía la antropología y sociología del fútbol. No solo por ser un deporte de contacto, sino porque los hinchas están acostumbrados a gritarse los goles a la cara, a salpicarse de saliva».

En el fútbol, por supuesto, se manifiesta con generosidad el placer de disfrutar con los errores ajenos. Los alemanes utilizan un término, «Schadenfreude», para recoger esa mala práctica de regodearse del mal ajeno. En España, quizás, se resuelve con el «choteo» al contrario.

Y estoy muy de acuerdo con Carlos Cueva cuando afirmó: «El efecto más claro de la ausencia de público en los estadios es el árbitro… Sin público, el árbitro se vuelve neutral». El colmo ha sido llegar a conclusiones como que «El penalti pitado a Militao fue “inconstitucional”». Afortunadamente, podemos esgrimir una apabullante evidencia: «El Reglamento siempre ha estado en el origen de los grandes cambios en el fútbol».

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jueves, 4 de febrero de 2021

Fútbol. El balón es la brújula (Manuel Rodríguez García)

Sinopsis:

Este ensayo no es un libro de obviedades de fútbol, cada idea hay que trabajársela reflexionando sobre ella en profundidad. Ya en 2007 escribí «El balón es el norte, es un elemento neutral para los dos equipos, su posesión es la razón de ser de este juego, con él pasarán siempre cosas distintas que si no lo tenemos y el partido de fútbol será diferente en función de su mejor o peor administración. El balón nos hace felices de pequeños cuando montamos una pachanga sin fin en cualquier espacio baldío». Desmond Morris ya había asegurado que «El centro de todas las actividades de la “Tribu del Fútbol” es el balón. En tanto objeto material, su principal propiedad es la “movilidad imparcial”».

Para beneficio del fútbol «Os presentamos uno de los inventos que más nos han influido y ayudado: La Brújula…» Afirman los chinos que ellos la habían inventado más de 2.500 años antes de Cristo. Y hay opiniones que, un milenio más tarde, Marco Polo la introdujo en Europa. El artefacto llegó durante el Renacimiento (Siglo XIV) y se pensaba que todo era obra de brujería. Por abundar, el balón de cuero también fue inventado por los chinos en el siglo IV (a.C.).

Enrique Carretero plasmó en «La religión esférica»: «El fútbol está muy ligado a la infancia, esa etapa de la vida en la que la imaginación campa con libertad, confundidas realidad y ficción. De hecho, en el fútbol la gente se comporta como si fuesen niños, como si los devolvieran de manera transitoria a la infancia, lo que siempre ha despertado la perplejidad de quienes no se ven arrastrados por la afición al deporte rey. Pero esa ligazón no solo se entabla a este nivel: el fútbol está relacionado con la infancia porque retrotrae al aficionado hasta ella de un modo onírico, le hace rememorarla y degustarla de nuevo.»

En el libro «Grandes estrategias», de John Lewis Gaddis, leí: «Lincoln recuerda lo que aprendió trabajando como topógrafo en sus años de juventud: La brújula señalará el norte verdadero desde donde te encuentres, pero no avisa sobre los desiertos, ciénagas y desfiladeros que encontrarás por el camino. Si, en la búsqueda de tu destino, te lanzas hacia él sin atender a los obstáculos y no consigues otra cosa que hundirte en una ciénaga…, ¿qué utilidad tiene conocer el verdadero norte?».

Un dicho anónimo me ilustró: «A veces hay que perder el norte para descubrir que se puede ir en otras muchas direcciones. Entendí que para encontrar el norte a veces hay que ir hacia el sur». Es la paradoja del fútbol, «si voy es que vengo; si vengo, es que voy». El balón es la brújula y los equipos que no disponen de balón también precisan de ella, porque el fútbol se juega tanto con balón como sin él. Y no olvidemos que los mejores jugadores de fútbol solamente poseerán la pelota durante tres minutos en su mejor partido. Nelson Falcao resume: «En el fútbol, lo peor que puedes hacer es ver únicamente el balón». Es mi conclusión definitiva: El balón es la brújula del fútbol.

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lunes, 27 de abril de 2020

Fútbol simple. Más que el mecanismo de un botijo (Manuel Rodríguez García)


Sinopsis:

«Las cosas simples son las más extraordinarias y sólo los sabios consiguen verlas», según Paulo Coelho. El agua contenida en recipientes cerámicos se enfría gracias al efecto térmico que se produce al evaporarse a través de sus poros. Dos profesores de Química de la Universidad Politécnica de Madrid, desarrollaron un modelo matemático para descifrar la capacidad refrigeradora de los botijos: «Descubrimos que esta obra magna de ingeniería rudimentaria no es un artefacto simple».

Por mi parte, también he realizado una búsqueda compleja sobre el «Fútbol simple». Ya Cruyff nos dejó su impronta: «Jugar al fútbol es muy sencillo, pero jugar un fútbol sencillo es la cosa más difícil que hay». El gol no tiene cánones concretos de cómo conseguirlo, unas veces será de jugada en paredes, otras de regates dentro del área, las menos de remates a la primera. Si viene al caso, el fútbol simple también permitirá goles de puntera… Joaquín Diloldan en «Genios del Fútbol» se regodea: «Quizás podamos reconciliar lo popular con lo complejo, esa es la esencia del fútbol. Un deporte fácil de ver y sencillo de entender pero que encierra complejidades insospechadas y cierta magia imprevisible». Eric Hoffer, «No es nada sencillo entender lo simple». Aunque Di Stéfano sí fue clarividente: «Cuando llegué al Madrid, había que jugar con el ariete en punta. A mí no me gustaba porque a veces no hay jugadores para eso. Porque aquí cuando los defensas marcaban al delantero centro lo marcaban a muerte. Uno encima y el otro a la espera». (…) «Alrededor del fútbol se exagera todo… Ahora se habla mucho. Hay mucha poesía, mucha novela…Para la táctica lo único que necesitas es tener a tres o cuatro tíos dentro del campo que sepan lo que es un equipo».

«No se equivoquen: la sencillez sólo se logra a través del trabajo duro», según Clarice Lispector. Mientras, Mario Benedetti confirma que «Cuando uno es sencillo (en su habla, en sus actos, incluso en su poesía) corre el incómodo riesgo de ser tomado por tonto». Y Brancusi remató: «La simplicidad es la complejidad resuelta». Casi como se consigue el agua fresca de un botijo…

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jueves, 7 de febrero de 2019

Fútbol: Una pugna indescifrable (Manuel Rodríguez García)


Sinopsis:

Ensayo en el que aborda los distintos aspectos de este deporte siempre desde una crítica constructiva y pedagógica.

“¿Los futbolistas piensan distinto al retirarse?”, “¿El fútbol de mujeres es el fútbol de antes o del futuro?”, “Fútbol y crecimiento personal” o “Las rotaciones, subyugante estrategia para el fútbol futuro”, son algunos temas abordados por este exfutbolista y gran analítico desde su experiencia de más de sesenta años disfrutando de esta disciplina que lo cautivó desde niño. En este último epígrafe interpreta las rotaciones ‘globales’ que Zidane puso en práctica en el Real Madrid, valorando su visión avanzada en la gestión de equipos para el futuro y censurando la actitud de los ‘entrenadores cobardes’ de no utilizar a más futbolistas, esgrimiendo que no tienen presupuesto para una plantilla más amplia.

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jueves, 26 de abril de 2018

¡Yo, de mayor, quiero saber de fútbol...! (Manuel Rodríguez García)


Sinopsis:

"Saber de fútbol" era un objetivo irrenunciable desde niño cuando jugaba en las calles de Tejares (Salamanca). El fútbol tiene muchas caras, siempre abierto a infinitas soluciones. Cuando aprendes, el ánimo se enciende y rejuvenece el espíritu. "Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas", decía Albert Schweitzer. Un ilustre jubilado, Mike Oldfield reflexionó: "Aunque llevo tantos años, a veces no sé qué escribir. Siempre estoy tratando de crear… No creo que se necesite ir a la escuela para aprender nada. El ser humano es una criatura muy inteligente. Aprendemos mediante la experiencia. No hay otra forma". El profesor Julio Garganta (Universidad Oporto) nos sitúa: "La gran revolución en el fútbol pasará por la humanización del entrenamiento y de la competición, lo que irá trascendiendo sobremanera, las dimensiones táctica y metodológica…El entorno actual de los futbolistas requiere un sistema de autoridad humanizado, los jefes coercitivos son cada vez menos aceptados…" Con el espíritu de "Las reglas del emperador", Tang Taizon, sinteticé algunas ideas de Cruyff, Michels, Menotti, Bilardo, Maturana, Helenio Herrera, Luis Aragonés, Sacchi, Ferguson, Vicente del Bosque y el periodista Dante Panzeri… También hice caso al fisiólogo Ivan Pavlov: "Nunca pienses que lo sabes todo. Por muy alto que te valores, ten siempre el coraje de decirte a ti mismo: soy un ignorante". Malcolm Forbes me alarmó: "La gente más tonta que conozco es la que lo sabe todo". Luis Alejandro Díaz Zuluaga, doctor en literatura futbolística: "No he intentado todavía escribir sobre fútbol, pero creo que también puede ser muy difícil si no hay pasión". ¿Y quién escribe literatura de fútbol? – "¡Un soñador!".

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domingo, 26 de marzo de 2017

El fútbol y la opinática (Manuel Rodríguez García)


Sinopsis:

Dijo el poeta: «Hay que tener cuidado con aquellas cosas que de puro sabidas se olvidan…» Aunque fui futbolista precoz, con 68 años lo mejor es pensar el fútbol y escribirlo, compartirlo… Y como dijera Josep Pla: «Es mucho más difícil describir que opinar. Infinitamente más. En vista de lo cual, todo el mundo opina…» En el libro de economía Nunca te fíes de un economista que no dude supe de «La Opinática». Esta ciencia inexistente precisa de opiniones más rigurosas, más creíbles, más avanzadas, más neutrales, se trataría de que el fútbol progrese con la máxima confianza de todos los contendientes. Al fin y al cabo, este es un libro de opiniones de fútbol… Para mí El fútbol y «la opinática» es como un repositorio en el que alojar todo tipo de visiones, desarrollos, opiniones, ideas, reflexiones o pensamientos del fútbol, fuera quien fuera el atrevido que lo manifestase. Porque los jugadores, los entrenadores, los directivos, los distintos especialistas que intervienen en el fútbol deben plasmar sus conocimientos para lograr ese aprendizaje que se propugna de manera permanente. Según Heinrich Böll: «Me aburren los ateos, siempre están hablando de Dios…»; una opinión frente a la de Galeano: «El fútbol es la única religión que no tiene ateos». Eso es lo bueno, la diversidad de puntos de vista. Elena Jiménez Sañudo escribió: «Tengo desde hace tiempo una sensación que quiero compartir con vosotros, y es que creo que los seres humanos, al menos los que habitan a mi alrededor, nos estamos volviendo muy, pero que muy sabios. Y no sólo eso, sino que además nos acuden unas ansias irrefrenables de compartir nuestra sabiduría con quienes nos rodean… ¿por qué narices nos creemos últimamente los humanos que sabemos de todo?».

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miércoles, 10 de febrero de 2016

Un fútbol deconstruido (Manuel Rodríguez García)


Sinopsis:

'¿Qué es la utopía? La utopía es algo que si avanzas un paso hacia ella, se aleja un paso. Y si avanzas diez pasos, se vuelve a alejar otros diez pasos. Entonces, ¿para qué sirven las utopías? Precisamente para eso; para nunca dejar de avanzar'. (Eduardo Galeano, escritor, maestro de fútbol). La fórmula de la "deconstrucción" del fútbol es teórica, de mi propia cosecha, un ejercicio intelectual en la búsqueda de nuevas ideas futbolísticas, reconstruyéndolas sobre cimientos consolidados…

A Ferrán Adriá se le considera un artista de la cocina, desarrolló conceptos fundamentales en un mundo muy tradicional. Mediante la "deconstrucción" aislaba los diversos ingredientes de un plato determinado, lo reconstruía de manera inusual tanto en su aspecto externo como en las texturas de sus elementos, y los presentaba de manera distinta y creativa… Eso sí, sin variar sus sabores ni alterar la esencia de dichos platos… Sinceramente, creo que el fútbol puede concebirse de idéntica manera… El fútbol hay que entenderlo globalizado, en su contexto, y no se puede separar lo técnico, lo táctico, lo estratégico, lo físico o lo mental…

'No basta con decir que la “deconstrucción” no puede reducirse a una mera instrumentalidad metodológica, a un conjunto de reglas y de procedimientos transportables'. (Jacques Derrida). El fútbol tiene herramientas, modos, maneras, estilos, y las partes son un componente del todo. El toque es una fórmula para jugar el partido, pero el fútbol tiene otros objetivos: Tocar para qué; tener el balón en función de qué objetivos; apoyar al compañero para facilitarle la posesión. Si no hay desmarques el toque es un entretenimiento insulso; si no se superan líneas y se crean superioridades el toque es fútbol de broma... 'Para quienes creen, no es necesaria ninguna explicación; para quienes no creen ninguna explicación será suficiente'. (The Amazing Dunninger, película con trucos de magia).

martes, 17 de noviembre de 2015

Esplendor en la hierba (Manuel Rodríguez García)


Sinopsis:

Nunca me habría imaginado a «Charlot» dominando la «esfera mágica» con sus «andares» tan característicos, corriendo la banda en un campo de fútbol como un extremo elegante disfrazado de Messi o de Cristiano Ronaldo… Del mismo modo, tampoco habría soñado una definición de Charles Chaplin tan «esplendorosa»: «Cuando veo un partido de fútbol, no sólo veo veintidós hombres corriendo detrás de un balón; veo algo más, veo algo divertido, muy divertido: a veintidós hombres que, como en mis películas, se acercan y se alejan; se caen y se ponen de pie; se juntan y se separan, se buscan y no se encuentran… y entonces me río».

El fútbol tiene ámbitos de expresión diversos y mantiene unas exquisitas sensibilidades… El fútbol debe ser bello, estético, no tiene por qué ser feo, sucio, torpe; los resultados mejor obtenerlos con gracia que atrae y que no repela el buen gusto… Fútbol sano, sin patadas extemporáneas, sin zancadillas traicioneras. El fútbol no tiene tierra concreta, ni límites geográficos, tampoco los tienen los futbolistas…

También, el fútbol es para mí una lucha de inteligencias más que una confrontación atlética, o de habilidades técnicas de sus famosos protagonistas. El fútbol siempre me pareció un «esplendor en la hierba», pleno de emoción, brillo, resplandor, apogeo, grandeza, gloria, hermosura, explosión, algarabía, pellizco… Todo eso puede ser un partido de fútbol y, seguramente, mucho más.

Lo imprevisible es lo que le da aún grandeza al fútbol como lo fue esta reflexión de Camilo José Cela: «Varios cientos de miles de españoles, a lo mejor millares de miles, aplican sus energías los lunes, los martes y los miércoles a glosar los lances del partido de fútbol que ya pasó, y sus arrestos de los jueves, los viernes y los sábados a predecir los aconteceres del partido de fútbol que está al caer. Los domingos descansan y van al fútbol: a sufrir o solazarse, honestamente, viendo sufrir a los demás».

«El fútbol es un juego colectivo con momentos supremos individuales», escribí en «Apología del fútbol». Creo que el fútbol ha devenido, para todos los que de su espectacularidad han gozado, en un subyugante «esplendor en la hierba»…

miércoles, 13 de mayo de 2015

¡Fútbol bueno =/= Jogo bonito...! (Manuel Rodríguez García)


Sinopsis:

¿Fútbol bueno…? ¿Jogo bonito…? ¡Qué eterna disyuntiva…! Un investigador del baile, Scott de La Hunta, significó: «El fútbol es una sofisticada coreografía que puede proporcionar una intensa sensación de belleza». También el portugués Ricardo Serrado asegura en «Futebol. A magia para além do jogo»: «El fútbol es un fenómeno extraordinario, simultáneamente bello, violento, pacificador, poderoso, pendenciero, artístico o misterioso. El fútbol es un juego… El fútbol desborda el ámbito lúdico-deportivo para transformarse en algo mucho más transversal, algo a lo que casi ninguno, blanco, negro o asiático, musulmán o judío, occidental u oriental, es indiferente… El fútbol, más que otro juego, aproxima y divide, exalta y deprime, distrae y concentra, en una panoplia de sentimientos y comportamientos paradójicos aparentemente difíciles de entender e interconectar».

Me dediqué en este ensayo sobre fútbol a formular infinitas preguntas e hice caso a Pedro González Calero en «Filosofía para bufones» cuando nos contó el caso de aquel ermitaño que gritaba por el desierto: «¡Tengo una respuesta, tengo una respuesta! ¿Quién tiene una pregunta?». No me extraña que el checo Milan Kundera, buen futbolero, llegase a escribir: «La estupidez de la gente procede de tener respuesta para todo». Al parecer, hay muchos portadores del «gen de la estupidez», también denominado «gen Homer Simpson». Los científicos de la Universidad de Emory aseguran que, cuando se desactiva dicho gen en ratones, hace que éstos se vuelvan más inteligentes. Por extensión, veo la necesidad de inventar poderosas herramientas para desactivar el referido «Gen RGS14» en el mundo del fútbol…

Y sobre todo, este ensayo se acogió a la misión de diseccionar aspectos del «Fútbol bueno», así como del «Jogo bonito», aglutinados ambos en el «Mundial Brasil 2014» por la Selección alemana que, finalmente, resultó Campeona. Catorce capítulos específicos razonaron este desenlace; así como otras situaciones futbolísticas destacadas de la Liga española 2013/2014 como preámbulo del esperado Mundial brasileño.