Sinopsis:
La obra, a través de sesenta semblanzas, es un particular homenaje a aquellos salmantinos obligados a emigrar y que triunfaron fuera de su tierra en el mundo del fútbol. Son los casos de Vavá, Rodilla, Morollón, Quique, Del Bosque, Toño Torrecilla, Óscar González… O hijos de emigrantes, entre ellos nombres de la talla de Giresse, Guti, Gajate, Patxi Ferreira… O salmantinos que disfrutaron de las mieles del éxito en la UDS y fueron a equipos superiores -Neme, Luis García, Ito, Cabrero…-.
También hay un apartado de jugadores que llegaron a la Unión y triunfaron para ser traspasados, pero aquí proyectaron para siempre su vida. Es Ángel de los Santos, quien en el Madrid dejó impronta de su talento formando inolvidable pareja con Del Bosque. Jesús Orejuela, hoy es profesor de la USAL. De Martín Vellisca. De Sánchez Barrios…
De la misma manera hay semblanzas de un grupo de chavales que aún sigue jugando. Desde Jonathan, que jugó en Primera en el Valladolid; de Jorge Alonso que ha vivido dos ascensos a la máxima categoría; de su hermano José Ángel, un puntal del Elche. O de Javier Carpio, que también sabe lo que es ascender a Primera y hoy triunfa en el Cádiz.
Además no paso de largo por técnicos y directivos. Y aquí salen Miguel Torrecilla, Rosendo Hernández Cabezas, Silvestre Sánchez Sierra, Paco Seirul-lo, preparador físico del Barcelona. Jorge D’Alessandro, que siempre que entrenaba a algún equipo foráneo al finalizar el partido lo primero que hacía era preguntar cómo había quedado la Unión.
Pero entre todos los personajes que salen en el libro hay uno que es punto de aparte por lo que ha significado. Por ser un símbolo del fútbol y un hombre con personalidad y un señorío único, pero sobre todo con esa humildad necesaria para afrontar los pasos de la vida. Como imaginarán les hablo de Vicente del Bosque, el mejor futbolista que tuvo Salamanca y quien más largo llegó, sembrando admiración por todo el mundo y de quien es un grandísimo honor ser distinguido con su amistad.
El libro, a través de sus 300 páginas desgrana infinidad de anécdotas hasta ahora desconocidas. Muchas de ellas relacionadas con la Unión Deportiva Salamanca, también del Real Madrid, el Valladolid… o la mayoría de los grandes clubes. Por eso no debe faltar en la biblioteca de ningún futbolero.
También hay un apartado de jugadores que llegaron a la Unión y triunfaron para ser traspasados, pero aquí proyectaron para siempre su vida. Es Ángel de los Santos, quien en el Madrid dejó impronta de su talento formando inolvidable pareja con Del Bosque. Jesús Orejuela, hoy es profesor de la USAL. De Martín Vellisca. De Sánchez Barrios…
De la misma manera hay semblanzas de un grupo de chavales que aún sigue jugando. Desde Jonathan, que jugó en Primera en el Valladolid; de Jorge Alonso que ha vivido dos ascensos a la máxima categoría; de su hermano José Ángel, un puntal del Elche. O de Javier Carpio, que también sabe lo que es ascender a Primera y hoy triunfa en el Cádiz.
Además no paso de largo por técnicos y directivos. Y aquí salen Miguel Torrecilla, Rosendo Hernández Cabezas, Silvestre Sánchez Sierra, Paco Seirul-lo, preparador físico del Barcelona. Jorge D’Alessandro, que siempre que entrenaba a algún equipo foráneo al finalizar el partido lo primero que hacía era preguntar cómo había quedado la Unión.
Pero entre todos los personajes que salen en el libro hay uno que es punto de aparte por lo que ha significado. Por ser un símbolo del fútbol y un hombre con personalidad y un señorío único, pero sobre todo con esa humildad necesaria para afrontar los pasos de la vida. Como imaginarán les hablo de Vicente del Bosque, el mejor futbolista que tuvo Salamanca y quien más largo llegó, sembrando admiración por todo el mundo y de quien es un grandísimo honor ser distinguido con su amistad.
El libro, a través de sus 300 páginas desgrana infinidad de anécdotas hasta ahora desconocidas. Muchas de ellas relacionadas con la Unión Deportiva Salamanca, también del Real Madrid, el Valladolid… o la mayoría de los grandes clubes. Por eso no debe faltar en la biblioteca de ningún futbolero.