Reseña:
Visto con la perspectiva actual, parece un desatino que el consagrado Lionel Messi, campeón de todo y hasta del mundo a los 35 años, haya necesitado más de una temporada para consolidarse en la primera división. Fuera un desatino, una locura o una falta de criterio, transcurrió demasiado tiempo entre el debut del rosarino con la camiseta azulgrana en un amistoso en Porto, su presentación oficial con el Barcelona FC en la Liga de España, su primer gol oficial y su definitivo asentamiento en la primera del club catalán, luego de haber integrado la escuadra juvenil argentina que ganó el Mundial sub-20 en Holanda, en 2005.
Pero esa demora que hoy puede sonar exasperante, resultó providencial. Derivó de la decisión de un entrenador, el neerlandés Frank Rijkaard, que fue haciendo transitar paso a paso a Messi su camino hacia el éxito inicial, pero que defendió su concurso cuando quisieron apropiarse de ese talento.
Esta nueva obra de Pablo Vignone trata sobre la creación de aquel equipo del Barça liderado por Rijkaard a partir de 2003 en el que Messi se recibió de futbolista profesional. Sin aquel conjunto, sin la presencia de Ronaldinho ni Deco, sin el Pitbull Edgar Davids, sin las apariciones de Xavi y Andrés Iniesta o la seguridad de Carles Puyol, no habría habido un Messi tan rutilante ni, tampoco, un Barcelona de Guardiola como continuidad para volverse unas temporadas más tarde el mejor equipo de club de la historia del fútbol.
Con el recurso periodístico siempre a mano, apoyado en la crónica cotidiana, los documentos oficiales y una extensa bibliografía de apoyo, el autor dibuja la curva de crecimiento profesional de Messi enmarcada en la suerte de un equipo que abrazó el juego de ataque y lo llevó a la cumbre de Europa. No es una biografía de Messi sino la pintura de la construcción y el angostamiento del equipo que ofició de trampolín para el fabuloso talento del argentino. Un libro clave, también, para entender el germen del desarrollo del fútbol de clubes de las últimas dos décadas.
Pero esa demora que hoy puede sonar exasperante, resultó providencial. Derivó de la decisión de un entrenador, el neerlandés Frank Rijkaard, que fue haciendo transitar paso a paso a Messi su camino hacia el éxito inicial, pero que defendió su concurso cuando quisieron apropiarse de ese talento.
Esta nueva obra de Pablo Vignone trata sobre la creación de aquel equipo del Barça liderado por Rijkaard a partir de 2003 en el que Messi se recibió de futbolista profesional. Sin aquel conjunto, sin la presencia de Ronaldinho ni Deco, sin el Pitbull Edgar Davids, sin las apariciones de Xavi y Andrés Iniesta o la seguridad de Carles Puyol, no habría habido un Messi tan rutilante ni, tampoco, un Barcelona de Guardiola como continuidad para volverse unas temporadas más tarde el mejor equipo de club de la historia del fútbol.
Con el recurso periodístico siempre a mano, apoyado en la crónica cotidiana, los documentos oficiales y una extensa bibliografía de apoyo, el autor dibuja la curva de crecimiento profesional de Messi enmarcada en la suerte de un equipo que abrazó el juego de ataque y lo llevó a la cumbre de Europa. No es una biografía de Messi sino la pintura de la construcción y el angostamiento del equipo que ofició de trampolín para el fabuloso talento del argentino. Un libro clave, también, para entender el germen del desarrollo del fútbol de clubes de las últimas dos décadas.
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